“(...) La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo. (Si el Eterno
Espectador dejara de soñarnos
un solo instante, nos fulminaría,
blanco y brusco relámpago, Su olvido.)
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento que
prestaron aquellos caballeros de ser lo
que ignoraban, argentinos, de ser lo que
serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa. Somos el
porvenir de esos varones, la justificación
de aquellos muertos; nuestro deber es la
gloriosa carga que a nuestra sombra legan
esas sombras que debemos salvar.
Nadie es la patria, pero todos lo somos. Arda
en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese
límpido fuego misterioso.”
Fragmento de “Oda escrita en 1966” de Jorge Luis Borges.
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